 
Mindfulness
- La Atención Plena
“Prestar atención de manera intencional al momento
presente, sin juzgar” Jon Kabat Zinn
La meditación es una práctica milenaria en oriente, y el interés por su
estudio en occidente ha aumentado mucho en estos últimos años.
Habitualmente estaba ligada a experiencias religiosas, pero hoy en día
es utilizada y comprendida dentro de un marco estrictamente psicológico.
(Walsh-1980).
En
EEUU y Canadá, se lleva aplicando con éxito programas de reducción del
estrés basados en Mindfulness- Atención Plena, desde hace más de 30
años, por el Dr. Jon Kabbat Zinn (1982), quien define a la meditación
como la regulación
intencionada de la atención momento a momento..
El programa basado en Mindfulness, se basa en la práctica de la Atención
Plena como filosofía de vida.
Con la Atención Plena o Mindfulness, las personas aprenden a conocerse
mejor, y aprenden a responder de manera más saludable a las situaciones
estresantes, en vez de reaccionar de manera mecánica, como se suele
hacer debido a los condicionamientos, programas con los que funciona
habitualmente la mente.
Hay evidencia científica que la práctica de la Atención Plena ayuda a
potenciar la salud física y mental, y la relación interpersonal.
Proporciona niveles de bienestar interior, equilibrio mental, claridad
de ideas y mejora del rendimiento. Se logra vivir en calma en el día a
día, independientemente de que las circunstancias sean favorables o
adversas.
Siguiendo a Bishop (2004) la psicología contemporánea, ha adoptado al
mindfulness como una técnica para incrementar la consciencia y para
responder más habilidosamente a los procesos mentales que contribuyen al
desarrollo de trastornos psicopatológicos y a otro tipo de problemas del
comportamiento. La utilidad y eficacia del empleo de las técnicas de
mindfulness ha quedado ampliamente demostrada en múltiples problemas
médicos y psicológicos (ej., cáncer, psoriasis, dolor crónico, ansiedad,
depresión, estrés, etc.) a través de numerosos estudios científicos a lo
largo de los últimos años.
Actualmente, en el ámbito de la psicología, mindfulness ha sido incluido
en una gran variedad de terapias y programas de tratamiento ( Germer,
Sieguel, Fulton, Hayes, Follete y Linehan, Mañas, Teasdale, Segal y
Williams.
Las prácticas que más se utilizan en occidente son
“samatha” y “vipassana”,
su traducción se asemeja a “concentración” la primera y “visión clara,
cabal, justa, esclarecedora o penetrante”, la segunda. En inglés se les
ha llamado “mindfulness”, que se podría traducir al castellano como
“atención plena”, y es la esencia de la meditación.
La meditación Samatha y la meditación Vipassana, se deben practicar
conjuntamente. La concentración afina la mente, la adiestra, la prepara
para luego adquirir una visión clara de las cosas que es la vipassana.
En la concentración la mente mantiene la atención a un objeto
determinado, con lo cual se la entrena para que no se disperse, saltando
de un tema a otro, de un objeto a otro, como lo hace habitualmente;
cuando la mente ha aprendido a calmarse, se practica la vipassana, o sea
la comprensión, visión de todos los fenómenos de la conciencia (internos
y externos), en vipassana, se observa el movimiento de la mente, el
cambio momento a momento, sin emitir juicios, sin reaccionar, solo
viendo, comprendiendo y aceptando.
Es despertar al testigo que solo ve la actividad mental sin críticas. La
esencia de la “atención plena” es la aceptación de lo que aparezca en la
mente, y esa aceptación se desarrolla con la práctica continua, estando
atento, teniendo paciencia.
La Atención Plena es una antigua práctica budista, que tiene una gran
importancia en nuestra vida actual, no como práctica budista, sino como
herramienta para examinar quiénes somos y cuestionar nuestra visión del
mundo y el lugar que ocupamos en el mismo, también es útil para cultivar
la capacidad de apreciar la plenitud de cada momento que estamos vivos.
Ante todo, tiene que ver con el hecho de estar en contacto.
Considerando que el estado de conciencia que tenemos durante las horas
de vigilia es muy limitado y limitador, se parece más a un estado de
sueño que a un auténtico estado despierto, la meditación nos ayuda a
despertar de este sueño que se caracteriza por un funcionamiento
automático e inconsciente.
Los sabios, los yoghis, los maestros zen han explorado este territorio
de manera sistemática durante miles de años, y han aprendido que, al
investigar interiormente nuestra propia naturaleza como seres, y
especialmente la naturaleza de nuestra mente a través de una
auto-observación sistemática y cuidadosa, llegamos a
experimentar mayor satisfacción,
armonía y sabiduría en nuestra vida. También nos hablan
de una visión del mundo complementaria a la visión predominante
reduccionista y materialista imperante actualmente en el pensamiento y
las instituciones occidentales.
La Atención Plena es, fundamentalmente un concepto sencillo. Su poder
reside en el hecho de practicarla y aplicarla. Es simple, lo cual no
quiere decir que sea fácil de practicar.
Atención Plena significa prestar atención al momento presente, sin
juzgar.
Este tipo de atención permite desarrollar una mayor conciencia, claridad
y aceptación de la realidad del momento presente. Nos despierta para que
podamos darnos cuenta de que nuestra vida se despliega sólo en momentos.
Si durante la mayoría de estos momentos, no estamos plenamente
presentes, es posible que nos perdamos lo que es realmente valioso en
nuestra vida y que no nos demos cuenta de la riqueza y la profundidad de
nuestras posibilidades de crecimiento y transformación.
La mayoría de las veces nuestras acciones y comportamientos son
mecánicos e inconscientes, motivados por temores e inseguridades
profundamente arraigados en nosotros. Si no nos ocupamos de ellos, con
el tiempo tienden a exacerbarse y dejarnos con una sensación de
estancamiento y desconexión. Con el tiempo, puede que acabemos perdiendo
la confianza en nuestra capacidad de redirigir nuestras energías para la
consecución de una mayor satisfacción y felicidad, incluso una mayor
salud.
La Atención Plena, nos proporciona una manera sencilla pero muy potente
para salir del estancamiento y recuperar el contacto con nuestra
sabiduría y vitalidad, haciéndonos cargo de la dirección y la calidad de
nuestra vida, de nuestra relación con nosotros mismos, incluyendo las
relaciones familiares, trabajo y con el mundo en general (Jon Kabat
Zinn).
Y es que no se suele ser consciente del modo de funcionar de la mente,
automático y condicionado, la mente constantemente está asaltada por
pensamientos del pasado, de lo que ocurrió, y por pensamientos del
futuro, imaginación de algo que no llega, que es incierto, y esto ocurre
porque sentimos que en el presente nos falta algo, nos sentimos
incompletos, en el presente y entonces proyectamos, imaginamos lo que en
el futuro nos traerá la felicidad, la plenitud, pero ese futuro nunca
llega, no podemos vivir de imaginaciones, sólo tenemos el presente,
cuando llegue ese momento futuro, será también presente, sólo podemos
vivir en presente, como dice J. Lennon:
“La vida es lo que te ocurre cuando estas haciendo otras cosas”,
y por esa dinámica de la mente, se nos escapa la única oportunidad de
estar en presente, de vivir realmente.
En el funcionamiento habitual, nuestra mente, dirige la atención
secuencialmente a diferentes objetos, sensaciones corporales, pensamientos,
fantasías, objetos del mundo externo, etc., el objeto de la atención
cambia constantemente, y la persona suele estar identificada con el
contenido de su mente. Esa atención produce a veces movimientos
emocionales, (sea por atracción o por rechazo, sólo en algunas contadas
ocasiones es neutral). La persona oye, siente, ve, pero generalmente no
se da cuenta, no es consciente de que está oyendo, sintiendo o viendo.
Durante el estado de atención plena, se desarrolla un
“testigo alerta", que
observa todo y se mantiene imparcial, de manera que, cuando practicamos
la vipassana, la atención se enfoca en el presente, en el momento
(incluso si estamos pensando en el pasado o en futuro, lo hacemos en
presente), lo contrario ocurre con el estado de conciencia normal donde
la atención se esfuma con facilidad hacia el pasado o hacia el futuro,
provocando un estado de inatención, del cual salimos
al practicar la atención plena para
volver a situarnos en el presente; y, al aceptar lo que hay, sin
pretender que sea de otra manera, aparece una plenitud interna, y no
necesitamos buscar en un futuro incierto algo que nos de felicidad.
La Atención Plena tiene poco que ver con la religión, pero intenta
apreciar el profundo misterio de estar vivos y de reconocer que estamos
vitalmente conectados a todo lo que existe.
Cuando nos comprometemos a prestar atención de una forma abierta (sin
dejarnos atrapar por lo que nos gusta o nos disgusta, nuestros
prejuicios o nuestras opiniones, nuestras proyecciones y expectativas),
se abren nuevas posibilidades ante nosotros y se nos presenta la
oportunidad de estar más concientes, liberándonos de la fuerza de la
inconsciencia.
No se trata de un sistema de creencias o ideología, sino que simplemente
es una forma de práctica de estar más en contacto con la plenitud de
nuestro ser por medio de un proceso sistemático de auto-observación, de
auto-indagación y de acción atenta; se caracteriza por la amabilidad y
la capacidad de apreciar, siendo además una fuente de nutrición; también
se le llama “corazón pleno”.
Al ser la fuerza del condicionamiento con el que funcionamos tan fuerte,
se requiere compromiso interno y que hagamos un cierto tipo de trabajo
para poder seguir adelante con nuestros intentos de captar los momentos
de manera consciente y de mantener la atención plena. Pero es un trabajo
satisfactorio, porque nos pone en contacto con muchos aspectos de
nuestra vida que, habitualmente pasamos por alto o nos perdemos.
También se trata de un trabajo
esclarecedor y liberador;
esclarecedor
porque nos permite ver con mayor claridad, comprender profundamente
aspectos de nuestra vida que no mirábamos (incluidas emociones profundas
como la tristeza, enfados, miedo, heridas..) y a lo mejor no nos
permitíamos sostener en la conciencia o expresarlas de manera
consciente.
Además la atención plena nos puede ayudar a apreciar sentimientos como
la alegría, la tranquilidad, la felicidad, que suelen pasar de forma
fugaz y sin ser reconocidos.
Y es un trabajo liberador
en el sentido de que conduce a nuevas maneras de estar en nuestra propia
piel y en el mundo, podemos liberarnos de las pautas en las que caemos
con tanta frecuencia.
Es un trabajo que nos dota de
poder, porque el hecho de prestar atención de este modo,
permite acceder a reservas muy profundas de creatividad, de
inteligencia, de imaginación, de claridad, de determinación, de
capacidad de elección y de sabiduría que tenemos en nuestro interior.
En general, no se suele estar consciente de la gran cantidad de
pensamientos que asaltan la mente durante el día, dejándonos pocos
espacios para experimentar el silencio interior, para simplemente ser,
sin correr de aquí para allá haciendo cosas constantemente. Con
frecuencia nos dejamos arrastrar por impulsos, actuando de manera
mecánica e inconsciente que a veces nos conduce a lugares donde quizá no
deseábamos ir o ni sabíamos que nos dirigíamos.
Meditar es salir de la corriente de pensamientos, sentarnos a su orilla
y escuchar, aprender de ella y, utilizar su energía para que, en lugar
de dominarnos, nos sirva de guía. Este proceso, requiere energía, es el
cultivar nuestra capacidad de estar en el momento presente.
La esencia de la práctica se puede resumir en el siguiente poema:
“En la meditación se trata de ver claramente el cuerpo que tenemos, la
mente que tenemos, la situación que tenemos en casa y la gente que hay
en nuestras vidas. Se trata de ver cómo reaccionamos a todas estas
cosas. Se trata de ver cómo son ahora mismo nuestras emociones y
pensamientos, en este preciso instante, en esta habitación, en este
asiento. Se trata de no intentar que desaparezcan, de no pretender ser
mejores de lo que somos, sino de ver con precisión y con ternura.”
Pema Chödrön (2001)
Se trata de llevar la atención al momento presente, a lo que está
sucediendo en el momento presente y mantenerla allí,
“me siento enfadado, me siento alegre, estoy tomando un té,..…etc.”,
observar los contenidos de la conciencia es estar practicando
Mindfulness.
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